Es posible que ya lo sospecharas (o que lo leas por primera vez), pero los bebés humanos no están preparados para salir al mundo, ni siquiera cuando nacen a término y eso se debe a que la pelvis de la mujer se hizo más estrecha desde el momento que, hace miles de años, la especie empezó a caminar en 2 piernas. Al estrecharse la pelvis, no había espacio suficiente para que la cabeza (que contiene un muy desarrollado cerebro) pasara por el canal de parto, y entonces el embarazo se acortó y el cuerpo femenino empezó a gestar bebés con cerebros (y cuerpos) menos desarrollados y por tanto, más pequeños, que pudieran pasar por el espacio disponible en la pelvis.
Esto hizo que los bebés humanos, desde entonces, nazcan más inmaduros y por tanto, especialmente dependientes del cuidado de los adultos a su alrededor para poder sobrevivir lo suficiente, de forma que logren alcanzar por fuera del útero, el desarrollo que no logran antes de nacer.
Según diferentes estudios, para que el bebé humano tuviera capacidades físicas similares a las crías recién nacidas de otros animales, el embarazo debería durar aproximadamente 18 meses más. Sin embargo, esa no es la realidad de la especie humana, y con embarazos de aproximadamente 10 meses, es necesario, después del parto, brindarle al recién nacido un periodo de exterogestación, es decir, un ‘útero externo’, un ambiente caracterizado por cuidados similares a los que tenía en el vientre materno (permanente contacto, alimentación, protección, resguardo, temperatura, etc) para que pueda satisfacer todas sus necesidades y completar su desarrollo.
Si te has preguntado ¿porqué tu bebé quiere estar todo el día en brazos?, ¿porqué quiere estar prendido al pecho constantemente?, ¿porqué se despierta con frecuencia en la noche?, ¿porqué si ya le alimentaste, cambiaste el pañal, etc continúa llorando?… la respuesta está en la exterogestación, el bebé necesita del cuidado, contacto, atención, estimulación y alimentación frecuente para sobrevivir al mundo externo y completar la maduración necesaria para adaptarse a él en el corto, mediano y largo plazo. En estos primeros meses de vida, tu (la mamá o cuidador primario) eres su ambiente natural, el sitio que le permitirá adaptarse adecuadamente. Tienes en rol de suma importancia…estas criando la nueva generación de nuestra especie.