No, no es normal (si fuera normal nuestra especie seguramente se habría extinguido hace miles de años).
Amamantar no produce dolor. Sentir dolor al amamantar es una señal de que el bebé no está mamando correctamente. Por lo tanto, si hay dolor es porque hay algo que se debe mejorar en la manera como tu bebé se alimenta de tu pecho. Algunas madres logran corregir la causa del dolor por sí mismas, y en otros casos lo mejor es contactar a una asesora de lactancia (lo antes posible) ya que las dificultades iniciales rápidamente empeoran (a nivel físico y psicológico para la madre, y en cuanto ganancia de peso y desarrollo del bebé).
Cuando hay dolor y no se corrige lo que produce el dolor, es común que aparezcan grietas (heridas en los pezones) como resultado de múltiples tomas donde el bebe tiene un agarre superficial (es decir, succiona solo el pezón).
Entonces, como ya sabemos que las grietas aparecen porque (por alguna razón) el bebé se pega mal al pecho, es indispensable comprender que NO es posible prevenirlas durante el embarazo usando vino tinto, ni cremas, ni frotando el pezón para “endurecerlo”. Y una vez aparecen las grietas (en el posparto) no se curan con cremas, ni compresas, ni menjurjes de ningún tipo.
Para prevenir la aparición de grietas (o curar las existentes) se debe:
- Tener una buena POSTURA al amamantar: Es decir, que la mamá se acomode adecuadamente para amamantar. Puede ser sentada, acostada, de pie o reclinada hacia atrás (siendo la última la más recomendable por comodidad para la mamá y facilidad para el bebé). En cualquier postura, se debe usar cojines (que soporten los brazos, piernas, pies y espalda de la madre), evitar encorvarse llevando el seno hacía el bebé (es el bebé quien se debe acercar al seno) y no debe haber dolor.
- Tener una buena POSICIÓN para mamar: Es decir, que el bebé sea colocado adecuadamente para amamantar. Hay diversidad de posiciones: acostado (de lado, boca abajo, boca arriba) o sentado, y todas son adecuadas (aunque algunas representan ciertas ventajas en casos específicos). En cualquier posición, el bebé no debe estar “colgado” ni halando el seno, su cara debe mirar al seno, su cabeza y cuerpo deben formar una línea recta y la mamá debe estar cómoda, sin dolor y con el cuerpo del bebé pegado al suyo.
- Tener un AGARRE correcto: Es decir, que el bebé se prenda y succione adecuadamente el pecho. Para que el agarre/succión sea correcto, el bebé debe tener: la boca bien abierta (abarcando el pezón y una buena parte de la areola), los labios evertidos (especialmente el de abajo), la lengua debajo del pezón, la nariz y la barbilla tocando el pecho de la madre, y al succionar las mejillas del bebé se ven llenas (redondeadas, sin hundirse).
Lograr los tres puntos anteriores parece mucho, y al leerlos puede ser complicado de comprender, sin embargo, es la técnica adecuada para amamantar y una técnica adecuada permite tener una lactancia placentera que se extienda en el tiempo (si viéramos más mujeres amamantando seguramente sería mucho más fácil lograr la técnica adecuada).
También es posible que exista dolor sin grietas, en esos casos, también se debe revisar la postura de la madre y la posición y agarre del bebé. Además, si se corrige todo lo mencionado y el dolor continúa (inclusive cuando el bebé no está mamando) se puede pensar en algún tipo de infección (en la piel o conductos) o inflamación. Si se piensa que hay una infección no es recomendable aplicar la propia leche en el pezón, pues esto favorece que la infección empeore.
Si se desea cuidar la piel del pezón mientras se trabaja para corregir la postura, posición y agarre, la evidencia científica actual dice que lo mejor es usar una gotica de aceite de oliva extra virgen ya que sirve para hidratar, repara el tejido dañado, es bactericida y es antiinflamatorio.
Una vez la postura, posición y agarre son correctos, el dolor suele desaparecer en la mayoría de casos, y si hay grietas, estas suelen curarse en 2-3 días. Siempre es posible tratar de descubrir por ti misma la causa del dolor, e intentar diferentes estrategias para solucionarlo, sin embargo, la solución más rápida suele ser comunicarte con un profesional en lactancia.
Recuerda, el pecho está preparado para la lactancia, tu bebé está equipado para amamantar… una pequeña molestia al principio de la toma puede aparecer (y desaparecer en un par de segundos), pero el dolor constante que no desaparece, que maltrata el pezón, que te hace llorar y que te hace sentir no querer amamantar a tu bebé, NO es normal.